Enoch Denfiere

-Enoch nació un frío 2 de Enero del año 1060 dS, hijo de Enoch Denfere y Liara n’Dal.
-Su familia poseía un próspero negocio de carretas, en el Burgo, en Akenar.
-Por aquel entonces la ciudad no tenía Rey. Estaba a cargo del Príncipe Gregory, que se encargó durante años de evitar que las familias nobles luchasen entre ellas en una guerra que habría sido nefasta para Akenar.
-Conoció a Diana cuando era niño, más o menos en el 1066 dS.
-A los trece años ya andaba de juerga por la ciudad con muy malas compañías, pero Diana siempre le sacaba de todas. Le gustaba especialmente la Posada del Puente, donde un tal Lucius hacía un brevaje de hierbas espectacular.
-En el año 1075 dS. el Padre Trimas, uno de los clérigos de Pelor donde Diana pasaba los días, le vio opinando sobre cómo funcionaba un reloj solar que tienen en el exterior del Templo. Le pareció que el chico era muy listo y le pidió permiso a su padre para llevarlo a la Escuela Palatina, donde Giles Wolpe era Rector.
-Inman, un mago de la Orden de la Estrella, le hizo un exámen que duró casi 12 horas. Le aceptaron de inmediato.
-El Padre Trimas costeó los Estudios de lo Arcano, cuya duración sería de 10 años (no lo completó). La cuota era de 50 coronas al mes.
-Tras un año estudiando en la Escuela Palatina pasó de ser candidato a estudiante. Así, en el 1076 dS. tuvo que ir al Tribunal de la Inquisición para que le firmasen un documento firmado por Giles Wolpe que le identificaba como estudiante de lo Arcano. Le hicieron pasar por una zona de verdad y le interrogaron por una hora sobre todo tipo de aspectos. Supuso que pasó la prueba porque le sellaron el pergamino y le dejaron ir sin más. Dirigió la investigación Revan Delara, el Inquisidor Real.
-Uno de sus mejores amigos era Devin, el Profesor de Alquimia, un gnoling que destilaba licores y jugaba a los dados con los alumnos.
-También le caía bien la Maestre Bibliotecaria, Camille Galiac, la tercera hija de un noble famoso. A veces Camille salía con Enoch por las tabernas, pero por desgracia para él, sólo le gustaban las mujeres.
-En el año 1080 Enoch asistió (como casi toda la ciudad) a la Coronación del Rey Otto, que había regresado de un letargo mágico después de medio siglo. Poco después un aprendiz de mago llamado Claude, que servía a Leomund (el Archimago, también conocido como Rahn Merion), le ofreció que viajase con él hasta la Torre del Dominio, en el lejano Erk. Enoch se lo comentó a Diana y pese a la oposición inicial, decidieron viajar juntos.
-Los padres de Enoch y su hermana menor, Lidia, no se apenaron demasiado por su marcha. Había ciertos rumores por el barrio sobre el interés de Enoch por la magia, lo cual perjudicaba al negocio en gran medida. Quien sí se decepcionó fue el Padre Trimas, aunque no dijo nada. Sus profesores y el Rector lo tomaron con filosofía.
-Partieron de Akenar en un grupo dirigido por el aprendiz Claude, con dos criadas y una escolta de la Compañía Negra formada por tres hombres de armas. Diana iba con él.
-El viaje hacia Erk, que era el primero que hacía en su vida, tuvo graves contratiempos al pasar por Dortoña, donde las criaturas del caos empezaban a llenar los campos. Enoch pasó mucho miedo esos días.
-Tras eso tuvieron que evitar Mérilon, pues se decía que un dragón rojo merodeaba por aquellos lares. Enoch se quedó sin verlo.
-Ya en el año 1081, por el camino se les unieron un par de svardos viajeros, Jon y Taulak.
-Se detuvieron en la ciudad de Ludward, en Westerre. Allí hubo un brote de viruela y cerraron las puertas de la ciudad. Pasaron allí varios meses antes de poder seguir y de hecho Claude murió enfermo.
-Al llegar a la Torre del Dominio en su primer encuentro el Archimago le dijo que había estado hacía poco en Akenar y que su familia había muerto en extrañas circunstancias. Leomund lo sentía mucho.


 

Nacido y criado en Akenar, Enoch es el ejemplo perfecto de lo que una gran ciudad puede hacerle a los jóvenes adinerados. Hijo de una familia de mercaderes, avergonzó a sus padres y a su hermana menor con su comportamiento licencioso.

El juego y las francachelas eran el pan nuestro de cada día para él. Probablemente ni siquiera hubiera llegado a la edad adulta si no fuera por una extraña amiga, Diana, que más de una vez le sacó de algún lío.

Su padre Enoch y su madre Liara ya habían decidido desheredarle en favor de su hermana pequeña cuando para gran satisfacción de su padre, llamó la atención de un monje de la escuela palatina y empezó a pasar más tiempo estudiando que de juerga, aunque nunca abandonó del todo la vida disipada.

Sin embargo, su destino cambió cuando un aprendiz de un mago se fijó en él y fue reclutado para la Torre del Dominio. Por desgracia al llegar a la torre le esperaba la desagradable noticia de que su familia estaba muerta en circunstancias sin aclarar...