VONESSE,
DUCADO DE
Datos del año 1025 d.S.
Provincia del Imperio de Akenar
Su señoría, Wym Tanis, Duque de Yvonesse.
Capital: Iliya (6.000+).
Población: 70.000+
Etnos: 85% elfos, 10% gnolings, 5% arcanos
Recursos: Flechas, artesanías, pieles, armas, armaduras, arcos, planta de pipa,
seda.
Idiomas: Élfico, común.
Las tierras de Yvonesse pactaron su unión al Imperio de Akenar de manera
pacífica y moderadamente ventajosa. Su líder Wym Tanis –un gran político, como
muchos elfos y vilonios- supo ver en Akenar un claro candidato a dominar las
tierras circundantes a la región de Yvonesse y anticiparse a una situación que
podría tornarse muy desventajosa para las tierras de los elfos. A principios del
siglo V d.S. se pactó un feodum o pacto de vasallaje con Akenar, de
manera que los duques de Yvonesse reconocían la autoridad de los Reyes de Akenar
–que siglos después se tornarían en Emperadores-. Las condiciones del feudo
obligaban a los duques de Yvonesse a pagar el Diezmo anualmente, a nutrir de
flechas y arcos a la guarnición de la ciudad de Akenar, a enseñar a los arcanos
el antiguo arte de las palomas mensajeras (colombofilia) y, en tiempos de
guerra, enviar con presteza tropas feudales –principalmente arqueros-. Por su
parte Akenar impuso sobre sus siervos una prohibición de tala sobre cualquier
árbol de Yvonesse, así como permitió a los nobles de la región cobrar en las
calzadas que se hicieron para cruzar el ducado de este a oeste.
Las tierras de Yvonesse son un inmenso y tupido bosque que cubre, de norte a
sur, todo el condado. La mayor parte de estas tierras son valles o colinas
frondosas donde escasean los claros. Existen algunos caminos que discurren bajo
las copas de los árboles, aunque no siempre son seguros. Una calzada llega hasta
el corazón de la provincia, donde uno de los castros fortificados, antiguo lugar
sagrado de los elfos, llamado Iliya, se ha convertido en la residencia del Duque
y un lugar de paso casi obligado para viajeros y caravanas que cruzan el bosque.
Algunos colonos han establecido posadas en el linde de la calzada imperial, y en
general la prohibición de tala se respeta con rigor –está penada con la horca-.
La mayor parte de los feudos élficos se encuentran en el interior de los
bosques. Suelen establecer pequeñas poblaciones fortificadas, castros de tamaño
reducido y murallas bajas de piedra o adobe, algunas veces en enclaves con muros
naturales donde dominan el bosque colindantes. Suelen ser enclaves difíciles de
encontrar por los ajenos al bosque, fácilmente defendibles.
El duque Wym Tanis, que continúa siendo el duque desde el siglo V, así como
muchos de sus vasallos elfos, han conseguido que la región sea relativamente
pacífica. Entre los nobles elfos no suele reinar la discordia y tan sólo los
peligros naturales del bosque alteran la vida en la región. Las batidas de caza
del duque no han conseguido exterminar del todo a unas tribus de trasgos que se
asentaron en el norte de los bosques, aunque en todo caso sólo representan una
molestia menor. Existe, en los límites occidentales del bosque, un grupo de
aldeas gnoligs que cultivan planta de pipa, que con rapidez se ha hecho famosa.
Además, prácticamente la totalidad de las prendas o cuerdas de seda que circulan
por el Imperio provienen de Yvonesse.
Todas las tropas de Yvonesse se reducen a caballeros élficos
–los menos- y arqueros libres, que en tiempos de guerra son muy valorados por el
Imperio. Los castros poseen pequeñas guarniciones de elfos, así como cuerpos de
exploradores al mando del duque. Además, las posadas de arcanos establecidas por
la calzada imperial en ocasiones tienen reducidos grupos de mercenarios
destinados a defender las caravanas de comerciantes.